viernes, 26 de agosto de 2011

El valor más importante







¿En que momento la preservación de la propiedad privada adquirió un valor más importante a la preservación de la vida de las personas?

Quizás esta es una de las entradas más viscerales que he subido a mi blog, pero es que tras los hechos ocurridos durante los días 24 y 25 de agosto, en el paro nacional, esta pregunta me agobia.
Escuchar a tanta gente que se horroriza porque un auto es quemado, o porque lanzan artefactos incendiarios a un banco, pero que justifican la muerte de miles de personas en este país por haber pensado diferente; me hace retroceder en mi creencia de que el hombre es esencialmente libre de toda corrupción.

Quizás mi teoría se siga validando, porque al parecer esta corrupción burda, la genera el mismo sistema económico en que nos encontramos inmersos...ese sistema que te otorga la facultad de convertirte en mejor persona mientras más trabajes para comprar más y más cosas a lo largo de tu vida, y que no fomenta la paz de vivir haciendo lo que nos gusta, ni de desarrollarnos holísticamente.
Esa corrupción que llevó a los seguidores de Pinochet a espantarse porque robó millones, y no porque bajo sus órdenes murieron compatriotas que pensaban diferente.

Es duro reaccionar ante eso....y duro darse cuenta de la violencia implícita que ronda el aire, la misma contra la que lamentablemente pareciera que nada podemos hacer, que basa el éxito y crecimiento de un país en cifras duras, mientras en el mismo lugar hay niños que no pueden acceder a una educación de calidad, ni a salud, no a una alimentación digna.

Un país donde se discrimina al público que puede acceder a la universidad, no por sus capacidades, si no por su billetera. Cuantas veces hemos escuchado el comentario: no todos pueden llegar a la universidad...y es cierto...pero que el filtro de ese raciocinio no sea el que la gente más vulnerable económicamente, per se, no pueda acceder a esta eduación. Que se extienda, y que sea justo. Si alguien tiene dinero para pagar sus estudios, y no tiene la capacidad de llevar una carrera universitaria, pues bien, que ocupe el área de carreras técnicas o se dedique a lo que le guste; pero ¿porqué el más aplicado del liceo, por muy capaz que sea, no va a tener la opción de acceder a la educación superior?

En fin, un mar de reflexiones mezcladas con pena y rabia atormentan esta reseña. me da miedo vivir en un mundo así...pero también creo que el miedo no debe ser el motor, si no que las ganas y la acción de cambiar estos sucesos.


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