jueves, 2 de junio de 2011

Reflexiones sobre la violencia, emol y la vida.


Pero por sobre todo me llamaron la atención algunos comentarios y reflexiones que leí en emol, donde muchas personas se preguntaban: ¿Como alguien puede llegar a resentirse tanto contra la sociedad?, o ¿Quienes moldean las cabezas de estos jóvenes?.

Pensé en dar una respuesta a muchos de esos comentarios, pero creo que no vale la pena desgastarme en tratar de explicar algunos puntos. Y quiero dejar en claro que no comparto el método directo y poco efectivo de atacar un banco con un artefacto incendiario.

¿Por donde empiezo?
Creo que la autobiografía puede ser un buen método para explayarme.

Crecí en una familia de clase media, normal. Me eduqué en Chillán, en colegios católicos. Estuve hasta segundo medio en un colegio de monjas, tercero y cuarto lo hice en un colegio jesuita.
Recuerdo que desde muy pequeña tuve una visión culposa y cristiana de la sociedad. En quinto básico lloraba por la pobreza en el mundo, y en mi casa les causaba gracia que me preocupara de esas cosas. Participé en cuanta pastoral y caminata católica existiera.
Creía que si todos encontraban a dios, el mundo podría ser un lugar mejor, sin injusticias, ni vejaciones, ni violencia, ni pobreza, ni hambre.
Siempre pensé en estudiar medicina para trabajar para la ONG médicos sin fronteras o algo por el estilo. Di la PAA y no quedé en medicina en la Chile, así que me fui a derecho en la Chile.

Hasta aquí...¿se entiende un poco a lo que voy?

En derecho, creo que empecé a ver el mundo de otra manera, o quizás de la misma, pero "desde otra manera". Tuve muchas asignaturas y conversaciones, que empezaron a mutar esa culpa cristiana en impotencia y rabia contra el sistema en que nos encontramos inmersos. Y después de muchos años puedo decir que me extraña como es que más personas no se dan cuenta de lo siniestro que es.
No puede ser factible un mundo donde importa más la macroeconomía que la humanidad. Así de simple.
Creo que ninguna teoría en lo económico y político existente se ajusta a mi ideal de sociedad, porque todas llegan a lo mismo: El capital.

Y entiendo, pero no comparto, los métodos violentos para atacarla. Porque vivimos en una sociedad que nos violenta día a día con injusticias y desigualdad económica, que es la mayor violencia que se puede ejercer contra el hombre.
¿Como no va a ser violento que una empresa prefiera lanzar alimentos al mar para no alterar el sistema de oferta y demanda, mientras hay naciones enteras muriéndose en la podredumbre, hedor y hambre?
Y entiendo también que la "delincuencia" y la sensación de inseguridad cada día va a ir en aumento, aunque salga un arsenal de carabineros y fuerza pública a las calles. Es proporcional.
Y va a seguir siéndolo mientras los mayores delincuentes contra la humanidad, que son los que manejan el sistema bancario, sigan creando mayor desigualdad.
La iglesia también es violenta, porque a través de punto de vista impositivos y determinantes juzgan a quienes no se ajustan a sus cánones, influyendo en las políticas públicas de los países.

Y a pesar de que no tengo una trinchera definida, creo que de una u otra forma es útil plasmar aunque sea a través de palabras mi descontento. Creo que cada día se pueden otorgar pequeñas luchas para evitar se consumido por esta rueda que gira infinitamente.

Nunca he militado. Nunca un partido ni grupo a tratado de convencerme de sus ideas. Y si, tengo rabia, pero más que rabia, es impotencia. Impotencia de sentir que cuando leo comentarios tan sesgados y limitados en sus puntos de vista, me siento sola.
Pero no todo es malo. Sé que no soy la única, sé que hay más gente que siente igual, y por lo menos, eso otorga una esperanza para hacer del mundo un lugar habitable y creador de HUMANIDAD.

"Quién dijo que todo está perdido...yo vengo a ofrecer mi corazón" http://www.youtube.com/watch?v=WqeTBvSClFo&feature=related